jueves, 16 de diciembre de 2010

Experimento dieciocho

Después de haberlo meditado cuidadosamente, decidió que lo abandonaría todo por seguir su sueño; estudiaría las nubes y sus formas caprichosas. El nubólogo construirá un nubemático para enviar sus pensamientos a su amada, que contempla el cielo lánguida e inmóvil.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Experimento diecisiete

Habían pasado dos horas desde la extinción masiva, el humo parecía rojo y el cielo estaba negro. Sólo había siluetas de árboles deshojados, y una figura lejana caminaba herrante, como hoja atrapada por un viento viciado y tóxico.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Experimento dieciseis

Su visión siempre había sido borrosa, el verde no tenía tonalidades y el azul del cielo parecía siempre gris. Un día encontró unos anteojos grandes, rojos y redondos. Se los llevó a los ojos y por fin pudo descubrir el origen de ese suave calor que le cobijaba el alma: Una hermosa hada sonriente y semitransparente que lo miraba sorprendida y amorosa.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Experimento quince

El soñador contemplaba embelesado la habitual y violenta batalla en el firmamento. Su aliado, el color azul, arremetía contra el gris, en un intento por por permitir que un rayo de sol ilumine sus ojos y caliente su rostro. El color gris se defendía con su escudo, en búsqueda de enjuagar con lluvia la sal de las lágrimas en las mejillas del soñador, secas ya por el viento, juez y parte de la batalla de colores que se libra eterna, mágica e inadvertida.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Experimento catorce

Pensé que tu imagen estaba impresa en mi corazón, histórica, como la mano de Berta Röntgen. Abrí mi corazón y encontré una placa velada, blanca y amorfa.

Experimento trece

Ella caminaba tranquila hacia él, sus cabellos rojos en armonía perfecta con el blanco tostado de su piel, y lo verde del campo por el que avanzaba serena. Él verde y frondoso, de brazos fuertes y voluminosos prometía cubrirla mientras ella se enfrascaba soñadora en redactarle una carta de despedida a un conejo de pascua, que aún saltaba errático por el manzanal. Sentose con gracia bajo su sombra varonil, el aroma que él desprendía la hacía olvidar el mundo exterior, y sólo existían ellos dos, juntos, entrelazados, ella en sus brazos, su cabello en sus dedos. Como siempre, iniciaría la danza y el vestido blanco que ella portaba se desharía en diez mil gotitas que lo mojarían a él, calmándole la sed.

Experimento doce

La pluma dejó de escribir con tinta negra, y de pronto empezó a escribir con caricias, miradas y deseos ocultos. Invisibles, ilegibles, ilegales e indelebles.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Experimento once

Necesito encontrar alguien que se parezca a la distancia
y que sea tan cálido como un atardecer arrebolado en la orilla de una playa
que su voz sea sea una melodía lejana de reggae,
y que sus manos acaricien mi rostro como la brisa del mar
que me emborrache con sus tonterías
y que sus ojos alumbren como la luna llena en la noche

Alguien tranquilo y divertido como una tarde soleada de domingo
pensante y crítico, de filosofía propia
que baile reggae y cante canciones de rock,
alguien que no me lleve a dirección correcta, pero que me señale el camino
que me acompañe aún con su ausencia,
y que en su presencia pueda tener libertad para estar sólo

Alguien que tenga buena ortografía y que se duerma con mis cuentos,
y que su respiración sea una canción de cuna para mí,
que su corazón sea un tambor, para yo bailar al compás,
y que su música me relaje para meditar

domingo, 10 de octubre de 2010

Experimento diez

Un fantasma flotando en mi ventana me está leyendo el futuro en su calabaza de cristal, interpreta las telarañas que ve y predice mi final, el día en que me volveré un fantasma y andaré leyendo a seres humanos solitarios, su sombrío futuro con otra calabaza de cristal.

Experimento nueve

Océano sucio ofrece una sirena de recompensa a quien le ayude a deshacerse de la basura que le entró en el corazón.

sábado, 9 de octubre de 2010

Experimento ocho

Se cansó de lo que hacía. Un día no resistió más y preso de ira, rompió su vida lanzando una piedra al espejo, los pedazos de rutina son más filosos que el vidrio, así que había que tener cuidado. Corrió libre y se dedicó a lo que siempre había querido hacer: Interpretar silencios y traducirlos en caricias.

viernes, 8 de octubre de 2010

Experimento siete

Era una mariposa extraña, a veces se apagaba y sus alas se volvían monocromáticas. Otras veces de sus alas brotaban colores tan vivos que encegecían. Hoy decidió suicidarse encerrada en la privacidad de su pupa.

martes, 5 de octubre de 2010

Experimento seis

Ella contempló apesadumbrada la gran montaña que tenía ante sí para escalar, se veía más alta desde abajo, y llovía profusamente. Quizá no podría alcanzar la cima. Él le regaló un paraguas multicolor y una sonrisa... cuando ella lo abrió, el sol se asomó, el arcoiris salió y los colores del paraguas se mezclaron con los del arcoíris, llevándola rápidamente más alto que la montañana misma, a un cielo de guitarras y cervezas irlandesas.

Experimento cinco

Pensó en ella y sus dientes cruzaron altas montañas, llenas de nieve, amplios valles con caudalosos ríos, verdes campos bordados de flores... un ancho mar lleno de vida y pececitos de colores, buscando esos pequeños labios rojos para dar un suave mordisco. Ella sintió un corrientazo en el corazón.

Experimento cuatro

Cuando empezó a correr sentía una suave brisa sobre su nariz, y mientras más rápido corría, más viento lo acariciaba. Era como tener mil manos suaves y frías sobre su cuerpo. Cuando hubo alcanzado su máxima velocidad esas manos empezaron a sostenerlo y, majestuoso, elevó su nariz en dirección al sol. Dentro de sí llevaba un poético soñador.

Experimento tres

Cuando abrió el inesperado libro encontró ante sí un nuevo universo de papel, dinámico y hermoso. Lo calentó un ardiente sol de espuma, delineado por unas manos mágicas, hechas de estrellas pálidas de firmamento nocturno, y blancas como un claro de luna. Unas manitos frías que dibujaron un sol, ardiente e inocente con trazos cándidos e infantiles.

Experimento dos

La cortina se abrió repentina y dejó pasar una oleada de luz solar, que iluminó la violenta tormenta de dientes de león que tenía sobre sí, solitario en su habitación. Lo siguiente que vio fue un arcoíris verde menta, verde manzana, verde azulado...

Experimento uno

Se había enamorado de un cantante sin rostro, preso de la ausencia de luz del coro. Había logrado aislar su voz de entre las demás, y a partir de ella deducía cómo su rostro era. Para seguirlo amando, era necesario que el cantante principal continuara su acto...