lunes, 29 de agosto de 2011

Experimento Ventidós

El cielo gris se fue despejando paulatinamente después de la tormenta. Con sorpresa, los habitantes de los dos mundos vieron que el sol ya no era amarillo, se había ubicado en el cenit y ahora brillaba negro e imponente. A su alrededor un halo verdoso se fundía con un tono grisáceo, para terminar en una cirfunferencia perfecta rodeada de un blanco mar de tranquilidad. Una traviesa estrella café oscuro se asomaba tímidamente en el suroccidente. Tras el firmamento un alma serena llenaba esos dos mundos de amor.

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